Patrimonio Cultural
Universidad de Zaragoza

Inspirado en el texto evangélico (Lucas, II, 22-39), este episodio de la infancia de Jesús transcurre en el interior del templo. En él se contempla al anciano Simeón, vestido como los sacerdotes judíos con túnica blanca, sobre túnica morada y el "ephod" púrpura con el pectoral de oro y piedras preciosas sobre el pecho. Tiene al Niño entre sus brazos y la cabeza levantada para pronunciar las oraciones sagradas. A ambos lados aparecen dos figuras, probablemente correspondientes a Ana, con la mano levantada para dar gracias a Dios, y Fanuel, su padre, que mira al Niño. En la parte derecha de la composición. está la Vírgen arrodillada y vestida con túnica rosada, manto azul y velo sobre la cabeza, que ofrece con sus manos un paño blanco para arropar a su hijo. Tras ella, San José, asistiendo con devoción al acontecimiento, mientras una doncella, algo más retrasada, ofrece una canastilla con dos tórtolas para el sacrificio. Al fondo un corredor abierto y en perspectiva. 

La Presentación  de Jesús en el Templo, también conocida como Purificación, corresponde al italiano Alessandro Turchi (Verona, 1578-Roma, 1649) y forma parte de una serie formada inicialmente por nueve "Fiesta de Nuestra Señora" que el cardenal Gaspar de Borja y Velasco (1580-1645), embajador ante la Santa Sede, envió desde Roma hacia 1635 para la decoración del nuevo oratorio de la reina en el Alcázar de Madrid. Cinco de esas nueve "fiestas" se conservan en el Padro y, al menos tres, se quemaron en el incendio del sitio real en 1734. Velázquez recibió el encargo de completar la serie con La Coronación de la Virgen (Museo del Padro), posiblemente en sustitución de un cuadro perdido del pintor veronés. Todas estas pinturas son obras compuestas con esmero y caracterizadas por el empleo de colores intensos y pigmentos de alta calidad, con una paleta variada, posturas y ademanes singulares, una narración muy literal de las escenas y una cierta tendencia a reducir al mínimo los elementos sobrenaturales. Atribuidas primero al florentino Vicente Carducho (h. 1576-1638) por Federico Madrazo y en fecha más reciente a un anónimo de escuela italiana y a Giovanni Baglione, son en realidad obra de Alessandro Turchi, apodado el l´Orbetto Veronese, quien representa la tendencia más clásicista de la pintura italiana de la primera mitas del siglo XVII. Su estilo, típicamente veronés, se caracteriza por la elegancia, la riqueza del colorido y el equilibrio compositivi, rasgos a los que incorporó la influencia del Domenichino y de la segunda generación de pintores caravaggistas.