Patrimonio Cultural
Universidad de Zaragoza

Grabado realizado a partir de la serie de estampas de los Disparates o Proverbios de Francisco de Goya.

Constituye una imagen grotesca en la que, de nuevo en una atmósfera nocturna y oscura que favorece la impronta del misterio y la subjetividad aparecen representadas dos figuras. La figura más grande y protagonista de la composición, excepcionalmente realizada, siendo modificada con el buril antes de añadir el aguatinta.

Se trata de la figura del Bobalicón, un personaje que danzaba al son de las castañuelas en los carnavales, un personaje gigantesco. Su figura se contrapone a otra figura de dimensiones más reducidas, podría ser un clérigo que se esconde detrás de su hábito, detrás de un maniquí o incluso detrás de una imagen devocional. Autores como Glendinning apuntan que podría tratarse de una representación alusiva al conflicto entre iglesia y paganismo (aludido en el carnaval de forma indirecta). La iglesia como crítica de la piedad popular y la adoración de falsos ídolos. Aunque posiblemente tal interpretación termina siendo extrapolada más allá del contexto de la época, convirtiendo este grabado, como en general los pertenecientes a esta serie, en una metáfora universal del miedo no racional y la superstición del hombre.

Este grabado destaca desde lo excepcional de su técnica, cuya estampa se modifica ya realizada para perfilar detalles específicos que le imprimen su carácter terrorífico –claramente visible en los grotescos rostros y especialmente en aquellos dos que parecen emerger de las sombras como los ecos extintos del terror más oculto e irracional que contamina la mente humana.

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